Chico, ese árbol que ves ahí lo traje en este bolsillo...

miércoles, 4 de mayo de 2011

PARA ESCUCHAR MIENTRAS SE LEE Y LEER MIENTRAS SE ESCUCHA

Diana apenas había conocido el amor. Vivía en Chevalier a tres manzanas de Queens. Regentaba un bar subterráneo que habría a las 22:00 y se acodaba, todas las noches, en un extremo de la barra. Se dedicaba a ver pasar parejas: ellas siempre más jóvenes y ellos cada vez más viejos. Pensaba que el amor le llegaría, que un día alguien aparecería solo, entraría por aquella puerta y se dirigiría a ella para invitarle a un Brandy. Que permanecerían callados escuchando  Blue in green by y que la vida empezaría a tener  otro color para jamás volver a ser oscura. Yo la conocí en el  invierno de 1972, había entrado para escuchar a Miles, en uno de sus  conciertos en New York, la sala estaba repleta y Diana permanecía en aquella esquina fumando sin parar. Había clavado sus ojos en mí desde que había entrado por la puerta –después me lo dijo. Al acabar   el concierto, que había durado más de 2 horas, se acercó y me invitó a un Brandy. Me contó la historia que ahora les cuento y muchos más detalles. Cuando le pregunté por qué había sido ella la que se había acercado y me había invitado a una copa, me dijo: supe, desde que te vi, que necesitabas más amor que yo.
 


2 comentarios:

  1. Amor y Necesidad no deberían ir juntos..Amar y AmarNos nos hace LiBres nos impulsa a elegir vivir cada día...a desear ser y hacer feliz..a crecer junto a sin la atadura de la necesidad..
    No necesitamos..sigamos DeSeando
    pd. leerte y escuchar como siempre un placer, C.

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  2. Hola, C.
    Me alegra verte por aquí de nuevo.
    No estoy tan seguro de lo que dices, quizás el amor no es una necesidad manifestada pero sí sentida por muchos, y como tal necesidad nos hace dependientes de la persona que nos proporciona ese amor. Todo es un juego de intercambios, al fin y al cabo.

    saludos y gracias

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