Chico, ese árbol que ves ahí lo traje en este bolsillo...
sábado, 30 de abril de 2011
ERNESTO SÁBATO: LA LUZ EN EL TÚNEL
Acabo de ver la noticia en El País y en La Nación de Argentina,
Ernesto Sábato ha muerto a los 99 años. Le faltaba algo más de un mes para el
siglo. Sería lógico, en estos casos,
recordar las obras del ilustre fallecido, su relevancia en la historia de la
literatura hispanoamericana y mundial, su vertiente política, su compromiso
social, su influencia pública. Pero ahora me viene a la mente una entrevista
que le hicieron en “A fondo” allá por 1977 en RTVE y que pude recuperar gracias
al Archivo histórico,
incluso la agregué en mi Facebook,
hace algo más de un mes. Era una entrevista de casi hora y media, en blanco
y negro en la que Ernesto, pasada la hora de interrogatorio, ya se mostraba algo
incómodo, respondiendo a regañadientes a las últimas preguntas de un
anodino periodista.
Recuerdo ahora varios momentos,
en uno de ellos el escritor contaba su peripecia por París en los años treinta y su
crisis ideológica que le llevó a dejar el partido comunista por los procesos de
Stalin; en la convicción de que una justicia sin libertad carecía de sentido,
apelando a un comunitarismo ecuménico. Ernesto sacó de su memoria pasajes
duros de su vida en París que le hizo emocionarse
y que le llevó a convencerse que sufrir es más didáctico que la felicidad, sobre todo
para un escritor. Algo es algo.
En la última parte, aludió a algo que está siempre en boga:
la crisis del hombre de hoy. No dista mucho el “hoy” de entonces (el suyo) al “hoy” en el que vivimos. El hombre siempre
está en crisis, cierto, pero en este caso el escritor argentino se refería a la
cosificación del Hombre, la tecnología como dios, la tecnolatría de nuestro
tiempo; reivindicaba el arte como forma de conjunción de lo racional y lo
irracional, de lo cerebral y afectivo, como una forma de devolvernos la dimensión que necesitamos. A veces el progreso es reaccionario
(miremos a Fukushima, p. ej.), acababa diciendo.
Produce un inmenso pesar perder
un hombre sabio y bueno como Sábato, un hombre que veía esa luz en el túnel
de nuestro tiempo y que generosamente nos iluminaba con sus palabras.
99 años!!! eso debe ser una hartura de vivir!
ResponderEliminarPues con lo bien que queda decir que se tiene 100 años,lástima.
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