Chico, ese árbol que ves ahí lo traje en este bolsillo...

martes, 30 de octubre de 2012

MICRORRELATO: EL ESCAPARATE

Me quedé mirándola fijamente. Ella intentaba colocar los zapatos en equilibrios imposibles tras el escaparate de Zapatos Gamma. Descalza, con calcetines gruesos de color beige, unos jeans ajustados y una camiseta aún más ajustada, sufría para evitar pisar los adornos navideños de espuma blanca a modo de nieve.
Estiraba su brazo izquierdo hasta la balda más alta del escaparate a la vez que subía la pierna derecha para no perder el equilibrio. Seguramente en el mundo de la danza lo que estaba haciendo tendría un nombre francés, solo faltaba la música.
Lidia hablaba consigo misma intentando convencerse de que era esa la posición perfecta para las botas de ante y ese el lugar más visible para los zapatos de hombre. No se percataba de la gente que pasaba delante del escaparate en el que, sin pretenderlo, ofrecía un espectáculo gratuito para los peatones de aquella concurrida calle Rualasal. Quizás porque estaba ensimismada por hacer su trabajo al detalle, la contemplé si miedo a verme sorprendido, como si ella no pudiera saber que la miraba, como si la mampara no solo separara nuestros espacios sino también nuestros tiempos.
Después de que diera por terminada su obra, Lidia esbozó una sonrisa entre satisfecha y aliviada, se calzó sus botas y se perdió tras una cortina gruesa que separaba su mundo del mio. Una vez más.