Chico, ese árbol que ves ahí lo traje en este bolsillo...

martes, 10 de mayo de 2011

RETRATOS: A DOS RESURRECCIONES POR VIAJE

Abro esta sección para retratar a personajes que me encuentro, en cualquier lugar, de cualquier modo y que de alguna forma quedan en mí por un tiempo, más o menos largo, pasando a ser extras de la película de mi vida. La mayoría no serán más que el rostro que se asoma por la esquina o la chica que pasa por la acera o el anciano que entra por la puerta de la escena enésima de mi vida; pero que dan sentido a una obra que sin ellos sería un monólogo desangelado.


Llevo varias semanas con esta escena en la cabeza: Pongamos que se llama Luís, que tiene 63 años y vive solo. Digo que vive solo porque su aspecto denota cierta dejadez y desaliño, como si no tuviera que rendir cuentas al espejo de su esposa. Íbamos en tren, ruta Piedras Blancas-Gijón. Él se había subido en Candás, se sentó a mi altura, al otro lado del pasillo, como si él condujera y yo fuese su copiloto con un libro en la mano. Cuando el tren se acercó a la parada de Aboño, empezó a hacer unos comentarios que no entendí que fueran dirigidos a mí, pero su insistencia me hizo mirarle. Mi gesto avivó su ánimo y entendí con más claridad lo que me decía: ahí volví a nacer. Apuntaba con su dedo a una parte de la inmensa fábrica térmica de Aboño. Repetía ahí volví a nacer, y me empezó a contar el accidente que hace 8 años le devolvió a la vida y que afortunadamente quedó en una simple amonestación por su jefe por no llevar el arnés de seguridad. Me caí desde allí, ¿lo ves? Poco más y me mato. Tuve mucha suerte si me caigo por aquella abertura, no lo cuento.  Me contaba Luís, sin reparo a que el resto de vagón escuchara su resurrección. Lo cierto es que creo que él quería contarlo a todo el vagón y a mi me tomó como micrófono. Me dijo que se había prejubilado poco tiempo después de aquello y no sabía en qué ocupar su tiempo por eso iba y venía de Candás a Gijón, casi todos los días. Es cierto, me bajé de aquel tren con la sensación de que Luís no tenía otra ocupación más que resucitarse dos veces al día.

4 comentarios:

  1. saludos.
    me ha gustado tu relato.
    por cierto he encontrado esta estadistica del apellido para ver lo vulgares que somos:

    Estadísticas: cifras relativas al apellido 'Pilar'
    En España hay 998 personas censadas con el apellido Pilar y aproximadamente 1.091 personas que llevan este apellido.
    Con lo que Pilar es el 4.021º appelido más frecuente en España.
    Estas personas viven en 52 provincias. El mayor número de apariciones se da en Madrid: 172.

    Otras provincias con abundantes apariciones son Sevilla (122), Barcelona (116), Segovia (113), Badajoz (108), Asturias (82), Alicante (43), Valladolid (37), Vizcaya (37), así como Ceuta (25).

    ResponderEliminar
  2. ¿Qué tal?

    Tú no eres vulgar Toni Pilar (siempre que escribo tu nombre, me da la sensación que me hablo a mí mismo, quizás en parte lo haga), y tampoco creo que lo sea nuestro apellido; puedo aceptar, eso sí, que nuestro nombre(Antonio, Toni) sea común, pero lo importante es la conjugación de ambos, la mezcla y de eso sabes tú más que yo,que sabes crear colores y definir matices que otros no ven.
    Estoy seguro que tú sabes apreciar un brillo especial en nuestro nombre.

    Saludos, desde el otro lado del espejo

    ResponderEliminar
  3. Un hombre, llamémosle Paco, que ronda los 70 años de la mano de su nieta a la que, por la distancia, ve de muy vez en cuando.
    Un día de paseo, como muchos, camino del parque de la ciudad, entra en una sastrería. Y al buen hombre que la regenta, le cuenta con orgullo, que él fue sastre militar. La nieta, tímida, no entendía porqué, sin conocer a ese hombre, su abuelo entró en aquel local. Quizás hasta se ruborizaba de pensar en aquella escena.
    Hoy, ese nieta, tiene ya unos cuantos años más, y cada vez que pasa delante de aquella sastrería, recuerda con orgullo a su abuelo, con el que iba de paseo a dar de comer a las palomas del parque.

    Cada persona, tiene una historia, que necesita contar... y tú has tenido la suerte de ser el receptor de la hitoria de "Luis".

    Toni, bonito relato!

    ResponderEliminar
  4. Hola E.

    Tengo la impresión que esa sastrería ya no es una sastrería más para ti, una tienda más sino un lugar con apellidos de historia rememorada e impregnado de cierta melancolía. Ya por siempre.

    Gracias

    ResponderEliminar