Chico, ese árbol que ves ahí lo traje en este bolsillo...

jueves, 29 de diciembre de 2011

¡FELIZ AÑO 2012!


Según las profecías mayas, el 21 de diciembre de 2012 se acaba el mundo, un día antes de mi cumple. ¡Pues mira tú que faena,  me tendré que quedar sin regalos! Bueno, hasta entonces nos quedan unos cuantos días para intentar que el mundo no acabe con nosotros, aunque en camino estamos de acabar con él.
Llegado a este punto, se suele hacer recapitulación de aquellas cosas que nos han marcado en este año que se va. En mi caso, quiero quedarme con instantes aparentemente intrascendentes, que pasan desapercibidos para el ojo humano pero con los que yo suelo aprovisionar mis bodegas de alcoholizada melancolía.
Me dejaré muchos, pero me vienen a la memoria aquella lágrima de vino tinto en una copa, el sonido de las pisadas en una playa de Llanes al clavar nuestros talones, aquella piedra donde serví de cebo al mar de Burela, la emoción de tocar las paredes de los Palacios nazaríes, las fondues  contemplando la Alhambra, el pescado desmigao en Torre, La Mezquita de Córdoba, un rosco de vino y patatas fritas recién hechas por Córdoba, un cielo yendo a Málaga, un abrazo cálido de reconciliación y una Eva –mi Eva- sin manzana y con paraíso.
No menciono los que se fueron, porque siempre los llevo y llevaré. Me felicito por los que me voy encontrando  y a los que me olvidan suelo olvidarlos.

Un año más, por aquí me encontraréis llevando algún que otro árbol en mis bolsillos.

Un abrazo y Feliz 2012.

Toni Pilar

miércoles, 28 de diciembre de 2011

HISTORIAS DE SU EMINENCIA: EL HERMANO LATINO



Esta mañana, esperando el bus de las 11:00, como siempre en la parada de Su eminencia, lugar famoso por ser un animado punto de encuentro entre meretrices, puteros y chulos; tuve el privilegio de sentirme como una mujer atractiva y seductora, vamos lo que se dice una mujer sacacorchos por aquello de que hace que se retuerzan los cuellos, aunque sólo fuera por el número de miradas masculinas que sobre mi apolíneo cuerpo se posaron en los interminables 17 minutos y 37 segundos de espera. Pero la cosa no quedó ahí. Mientras intentaba poner cara de "esperador de bus" y no de chapero -bien es cierto que aunque quisiera no sabría ponerla-; pues digo, mientras esperaba, oi el claxón de un coche que se había parado a mi altura, yo ante la insitencia miré al conductor y para mi sorpresa tenía delante un hermano latino con rostro de Montezuma que me sonreía con jocoso ademán, quien sabe si creyendo que en Su eminencia habían puesto un nuevo servicio que encajaba más con sus inclinaciones sexuales, o simplemente que con el claxón intentaba llamar la antención de los que por allí pasaban ejecutando el chascarrillo sonoro de "¡anda miren, un chapero!" Yo le miré cuatro segundos: el primer segundo para saber a quien pitaba, el segundo para darme cuenta que el hermano latino me pitaba a mí, el tercero para saber cuáles eran sus intenciones y en el cuarto segundo lo reparti entre reprochar a Hernán Cortés por lo blando que fue en nuestros territorios de ultramar....y en pensar para mis adentros: ¿hermano latino yo que te di cobijo como español, quieres acaso que además te dé agujero?

miércoles, 21 de diciembre de 2011

HISTORIAS DE SU EMINENCIA: LA PUTA Y ¿EL CHAPERO?

Mi parada habitual de bus comparte espacio con el lugar de trabajo preferido de numerosas meretrices de la zona, que ejercen un necesario y poco reconocido oficio que es el de dar placer al sediento (de placer) y placer al hambriento (de placer), vamos a todos los que buscan placer, que no son pocos, sino no sería el oficio más viejo del mundo. Pues el caso es que, por lo visto, mi pose, en la mencionada parada, se asemeja a la pose de las mecionadas meretrices, lo que supone que los automovilistas inocentemente (ellos no quieren) caen en el error de suponer que mi pose y la pose de las mencionadas damas tiene idéntico significado y sentido, es decir: "personas que dan placer por dinero".Es cierto que todos nos podemos equivocar, claro está, pero en mi caso tengo un poste bien grande con el nº38 que alude al número del bus no al precio por servicio. Aún viéndolo, más de uno de esos despistados automovilistas han pensado que era eso último. La cuestión está en determinar qué pose debo tener para no llevar a la confusión a esos simpáticos automovilistas. Un dia de estos decidí llevar un libro y ponerme a leer, con la intención de que el libro disipara las dudas sobre mis intenciones, pero parece que no sirvió de mucho, me seguían mirando de igual forma, como pensando Anda, un chapero intelectual o Mira, Mari Cruz un maricón aburrido o Anda, mira un chapero, leyendo un libro y esperando el bus. Viendo que la actitud visual no se había modificado y las personas humanas veían sólo lo que querían ver, decidí mirar de forma reiterada el panel con los horarios de los autobuses, a la vez que consultaba la hora en mi reloj como dando a entender que esperaba el susodicho colectivo. Cierto es que causó algún efecto, sobre todo porque no me daba tiempo a mirar las caras de los viajeros y no sabía qué gesto ponían al verme. Cansado ya de inventarme poses, de aparentar algo que era y que los demás no querían ver, que no es otra cosa que un "esperador de bus", miré fijamente a una de mis compañeras de zona y, mientras se retocaba, me dijo: ¿tarda el bus, no?
 
Por fin alguien sabía qué hacía yo allí.
 

viernes, 16 de diciembre de 2011

POESÍA: APARTARTE


De tanto apartarte ,

de tanto hacerte espacio

me he caído por tu hueco.



De tanto querer alejarte.

De tanta distancia abierta

no sé cómo encontrarme.



Y es que siento que apartarte

es llenar todas mis partes de ti.

Y es que siento que decirte:

fuera, vete de aquí.

No es más que

sentir todas tus partes

volviendo hacía mí.



Por eso cuando vuelves,

y me dices te quiero,

y me prometes no engañarme,

mientras lavas tu piel contra mi cuerpo,

me siento tan partido por dentro

que necesito robar todas tus partes.

viernes, 2 de diciembre de 2011

ARTÍCULO: LA TERCERA GUERRA MUNDIAL, JESÚS HERMIDA Y LA PRUDENCIA


No recuerdo la hora pero sí el día exacto y el año, fue el 11 de septiembre de 2001. Qué buena memoria tengo, que Dios me la conserve. En aquel preciso día mi admirado Jesús Hermida tuvo uno de los gestos más recordados de prudencia informativa. Tras los atentados de las Torres Gemelas, el ínclito periodísta, que por entonces trabajaba para A3, dijo a España y al mundo con solemnidad que íbamos a entrar en la tercera Guerra Mundial. Yo me asusté claro está, por aquel entonces tenía aún en construcción mi visión del mundo -ahora me la están deconstruyendo-, y cualquier opinión de una persona relevante como el Sr. Hermida contaba y vaya si contaba. Tuve miedo, lo confieso. Aquel fatídico día llegaba de un examen de Psicología social y por desgracia aún no se me había borrado de la cabeza todos los temas memorizados sin esmero y con desgana, por lo que el peligro a que cundiera por mi psique social alguna teoría que causara estragos en mi conduca personal era elevado. ¿Qué hice? Pues nada, simplemente me dejé caer en el pánico del momento, y me imaginé huyendo al pueblo para refugiarme en el pajar del abuelo después de aprovisionarme de algunos alimentos que el campo me ofreciese para sobrevivir así hasta que los invasores llegasen a las "costas" de la casa familiar. No tuve mucho problema para imaginarme una estampa apocalíptica, por esa época las películas norteamericanas sólo hablaban del fin del mundo, y mira por donde la realidad fue su mejor promoción.
Bien, mientras me imaginaba agazapado detrás de unas cuantas pacas de hierba, a modo de iglú, pensé si ese hombre había pensado bien lo que había dicho. Me preguntaba qué pasaría ahora si no estallaba la tercera GM, menuda decepción se llevarían los agoreros, los anunciadores del fin del mundo, los ángeles del mal. Me quedé viendo las noticias, todo el día, de la radio y TV, escuchando a periodistas, politólogos, psicólogos, militares, videntes y a mi conserje, Sebastián, que del fin del mundo decía que sabía mucho porque se había divorciado cuatro veces. Al final no pasó nada, bueno sí, claro que pasó, ya sabéis lo que pasó, pero lo que no pasó fue la tercera GM por lo menos como el conjunto de las personas que escuchamos a Jesús pensamos. Quizás Jesús creía que la tercera GM era esto, lo que está pasando ahora: el paro, Europa amenazada por los mercados, el E.Bienestar en peligro, hambre en África, crisis mundial....Qué grande es el viejo Hermida, para no asustarnos entonces de verdad quiso que pensaramos en un simple enfrentamiento bélico.

Si es que no hay nada como no ser prudente, al final la realidad te da la razón.