Chico, ese árbol que ves ahí lo traje en este bolsillo...

jueves, 8 de mayo de 2014

PREMIO INTERNACIONAL DE POESÍA JOVELLANOS CON FALDA DE ORTOGRAFÍA

Hace unos días recibía la grata noticia de que mi Falda de ortografía era una falda con vuelo y había logrado ser finalista del I Premio internacional de poesía Jovellanos “El mejor poema del mundo”. El primero y único premio había sido para el autor paraguayo Cristian David López, con su obra en guaraní 'Sy' ('Madre'). Felicidades por tal fortuna.
El Jurado compuesto por Antonio Garrigues Walker, jurista; el profesor y director de la revista 'Clarín' José Luis García Martín; el escritor Xuan Bello; el periodista Ignacio Martínez; el poeta Javier García-Almuzara y Ana de la calle, editora en Ediciones Nobel tuvo que elegir entre casi 1900 obras participantes de más de 40 países en 21 idiomas.
Desde aquí agradezco a este prestigioso jurado la generosidad con que han valorado mis versos, a la organización por esta hermosa iniciativa y a la editorial Nobel por darme la oportunidad de formar parte, junto con otros 29 poemas y el ganador, de la antología que llevará por título ‘El mejor poema del mundo’.
Muy horrado por todo ello. Seguimos en camino.

Para todos aquellos que tengan curiosidad, aquí os dejo esta falda con vuelo.
Gracias a todos.

Este poema está dedicado a mi querido y añorado amigo de juventud Cándido Pérez, que apenas le dio tiempo de coger las flores.

FALDA DE ORTOGRAFÍA

Coged las flores mientras podáis, 
veloz el tiempo vuela...

Caminabas con tilde de tacón alto,
por aquellos años de instituto.
Tu cuerpo esdrújulo encendía
el prehombre que acechaba dentro.

Te esperábamos todos:
yo, él, ellos, aquellos...
Todos atentos al predicado
de aquella falda minúscula,
sobre tus piernas iniciales
sin punto ni final.

¡Cuánta falda de ortografía!
¡Ponte comillas al menos!
Te gritaban a tu salida este o aquel otro,
sin deseo alguno a que te corrigieras.
Pero, cómo no detenernos en ti
si tu andar era el mejor ejercicio de repaso.

Sólo tú pudiste hacernos creer,
despertarnos la fe en la región copulativa
por primera vez.
Sólo tú sabías cómo conjugar aquellos cuerpos
que nos hacían tan jóvenes.

Escribimos en nuestras manos tu paso imborrable,
por encima del desafecto del tiempo.
Y es hoy que aún no sé escribir bien tu nombre:

o luz,
           o vida,
                        o fuego.

Tú que nos enseñaste a rezar
la oración subordinada a tu cuerpo.
Tú que jamás llevabas ortografía íntima
para que sólo te corrigiese el viento.

Hoy,
convoco,
bajo esta negra falta de los ausentes,
aquel viejo deseo compartido
-por mí, por él, por ellos-
de verte mal escrita sobre mi cama.

3 comentarios:

  1. no sé cómo era el poema ganador, pero a mi modo de ver, el tuyo merecía el primer puesto.

    muchas felicidades, finalista.

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  2. Hola, Hilia.

    ¡Cuánto tiempo! Me alegra saludarte. Pues muchas gracias de verdad.
    Un abrazo.

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