Chico, ese árbol que ves ahí lo traje en este bolsillo...

viernes, 29 de julio de 2011

RELATO: DE PROFUNDIS

 A Beatriz P.

Helena era buceadora aficionada. Coincidimos trabajando en una empresa de recambios. Era muy hermosa, algo que nos llamó la atención a todos, ya que la mayoría éramos hombres.  Y además elegante, algo que llamó a la atención doblemente a Juana, la de mantenimiento; e irritó doblemente a  Marisa, la encargada. Durante unas semanas me enseñó todo lo que debía saber de pedidos, facturas y demás. Me gustaba sentirla cerca, aunque no  prestaba mucha atención a lo que me decía porque estaba suficientemente familiarizado con todo eso, ya que había trabajado durante más de 5 años haciendo lo mismo que  Helena, con todo su empeño, me intentaba enseñar al milímetro. Ten cuidado de poner este código aquí y de avisar por teléfono cuando…Si tienes alguna duda puedes preguntarme lo que quieras. Pero lo que más me fascinaba de ella era la intensidad con que me hacía entender lo obvio: pulsa intro, siempre que….nunca te olvides del intro ¿Intro, me dices?....si, si Intro. Ok, intro, no lo olvidaré Helena.
Y así nos pasamos  una cuantas mañanas enteras el uno al lado del otro, ayudándome a que me hiciera con las claves de la empresa hasta que dos días después de que Helena me dijera: esto es todo lo que tienes que saber para dominar este puesto, ¿alguna pregunta? , la empresa quebró.
Creo que Helena siempre buceaba en horas de trabajo, y eso no quiere decir que se levantara de su asiento súbitamente, se embutiera en el traje de rana, se calzara sus aletas y se tirara al océano del suelo de mármol abrillantado  como en un acto alucinatorio o de espejismo espontáneo, no eso no; sino que buceaba por entre las personas, se dejaba llevar por sus pensamientos de una forma peculiar como si al decirle algo emergiera. Helena, le puedes dar estos papeles a….y casi podía ver cómo Helena se deshacía de la boquilla del tubo de respiración pronunciando un: sí, claro, yo se lo llevo. Mientras te ofrecía una sonrisa oxigenada y fresca que daban ganas de zambullirte con ella, por muy oscuro y frío que estuviera ese mundo del que ella venía.
Una vez, hubiera jurado que en una de esas zambullidas pensó mis pensamientos, porque inesperadamente se quedó mirando para mí fijamente sin que le hubiera dicho nada, cuando en ese justo instante me la imaginaba saliendo del agua –líquida, no de mármol- completamente desnuda, deslizando por su larga melena morena las gafas de buzo para deshacerse de ellas.

No sé si Helena llegó alguna vez a bucear por mis pensamientos y menos si le interesaba conocerlos, pero de lo que estoy seguro es que ahí abajo ella siempre estaba buscando a alguien.

CONCURSOS: YA ESTÁ DISPONIBLE EL LIBRO "VIÑETAS Y RELATOS" DE EXTRAVAGANZIA‏

Me ha llegado la noticia de la inminente salida del libro Viñetas y relatos donde podréis  encontrar entre los 27 micorrelatos finalistas,  mi microrrelato El gesto más noble de una vida: la apasionante historia en 373 palabras y 35 líneas sobre el suicidio de un algodón. Aqui os dejo algunas muestras de su repercursión internacional en los tabloides de medio mundo.

Desde La Náusea de Sartre no se había transmitido con tanto acierto la angustia humana. El País.
Será la cabeza más brillante de una generación de autores de claro corte existencialista. The New York Times.
Deslumbra por su intensidad, por cómo sacude la esencia misma del ser humano en cada palabra. El Mundo.
Parece alemán de lo bueno que es. Der Spiegel.
El mejor relato de un autor vivo de la literatura mundial. Times.
Ché no es para tanto....Clarín de Argentina.
¿Y este guaje quién ye? El Comercio de Avilés.
¡Ay que ver, parecía un buen chaval!. La hoja parroquial.


¡No me miréis así, de alguna forma hay que venderlo...!

Concurso de microrrelatos

Un mensaje a todos los autores de Extravaganzia

Amigos, amigas:
Me complace anunciar que ya está disponible el libro «Viñetas y Relatos», con los cuentos ganadores del Concurso de Relato Corto de Extravaganzia.

Por el momento, está disponible únicamente aquí. Pronto disponible en tiendas on line como Amazon, El Corte Inglés, La Casa del Libro, entre otras librerías autorizadas.
Disponible en breve contra reembolso.

¡Que disfrutéis de su lectura!

lunes, 25 de julio de 2011

RELATO: EL OTRO Y TU MIRADA


 A Eva Juarez por su voz

De pequeña tenía la costumbre de quedarme con la mirada fija en mi mano durante largo tiempo, algo que a mi madre no le gustaba nada. Quieres dejar de hacer eso, ¡te vas a quedar tonta! Y me pegaba en la mano como si la pobre mano tuviera culpa de algo. En las pocas ocasiones en las que me escabullía de mi madre, caía dulcemente en brazos de esa mirada contemplativa. Qué placer ver cómo esa parte de mí poco a poco se iba alejando, aunque estuviera ahí, y ver cómo  se convertía en otra cosa extraña a mi cuerpo, como si tomara vida propia, con apariencia inerte eso sí, pero con existencia autónoma. Lástima que,  a veces,  me veía sorprendida por el grito lejano de mi madre y debía descomponer esa mirada, desandar esa visión paralizadora precipitadamente, algo que me costaba hacer ipso facto; por lo que iba en busca de mi madre con un cuerpo propio pero  con una mano extraña, ajena, de otra… Así que temía que me pidiera ir a por el pan o algún recado urgente, porque siempre me decía que no me parase con extraños ¿y qué hacía yo con una mano que no conocía de nada?  Claro está que eso no duraba todo el día, sino que la mano, después de un tiempo, siempre volvía en sí -quiero decir en mí- retornando a su estado de mano convencional, de uso manual.
Con el paso del tiempo y de las bofetadas dejé de detenerme en  mi mano de aquella forma, perdiendo definitivamente ese pasatiempo con la aparición de varias dioptrías, pero sobre todo de la madurez. Puedo juraros que muchas veces hubiera querido poder mirar con aquellos ojos, volver extraño lo que es tan cercano, alejarme de lo que es supuestamente mío y realizar esa hermosa ceremonia del ausente pese a que lo que deseara distanciar estuviera tan próximo.
Aunque, para ser sincera, confieso que ahora mismo miro a Julio mientras duerme a mi lado y pienso que esa mirada ha vuelto.

domingo, 24 de julio de 2011

ARTÍCULO. NARANJAS EXPRIMIDAS: LA BÚSQUEDA DEL OTRO.


Ayer me acerqué al Centro cultural Valey para ver naranjas exprimidas una obra de teatro que entrecruzaba varias historias: una pareja de chicos, una mujer solitaria en busca del amor,  un viejo y su cuidador...
Hace muchos años, alguien me dijo tras leer algo que había escrito que no sabía si lo que había hecho era bueno o no,  pero sabía que le gustaba. Yo no soy un crítico teatral, tampoco lo pretendí nunca, pero tengo criterio y por ello puedo decir  que ayer me gustó  la obra por lo siguiente: ofrecía una perspectiva muy realista sostenida por lo cotidiano, nos hablaba de circunstancias que nos tocan a todos de algún modo: la relación de pareja, la complejidad de las relaciones familiares, la lucha del día a día, el sentimiento de culpa y fracaso…..
Creo que ante todo en ese conjunto de tiras y aflojas sentimentales se dejaba traslucir la soledad como patrón de comportamiento, como si los personajes lucharan para librarse de una soledad impuesta o falsamente escogida, en busca de otro que supusiera una parapeto contra el desamparo vital.
Me resultaron conmovedores y certeramente descritos los diálogos de pareja: sus dudas, sus miedos, sus incertidumbres sobre lo que querían y vivían. Quizás porque esas escenas las viví en el “personaje” que represento, en algún momento de mi vida. Por eso pensé que el autor había extraído de su propia memoria vital esos diálogos tal como se produjeron, como un transplante de fracaso amoroso al uso o de relación familiar tortuosa. De ahí que sintiera tan cercano lo que se representaba ante mí, de ahí que aplaudiera no sólo una gran interpretación de actores jóvenes sino, de algún modo,  el reflejo de episodios de mi propia experiencia.

domingo, 17 de julio de 2011

DEDICATORIA: PORQUE LO SÉ.

 A Marcos

Porque sé  todo lo que se te fue. Porque sé que en parte te has ido y qué parte te ha dejado partido.

Porque yo también seguí el camino sombreado por mí mismo. Porque me es familiar la abundancia de amargura y la hambruna de sosiego. Porque sé lo difícil que es huir de uno mismo sin coartadas. Porque sé que la más imborrable pintura de guerra es la que te han pintando. Porque no hay más larga batalla que una derrota, ni más terco recuerdo que el indeseado. Porque sé lo que es sentirse de más en tu vida y uno menos en otra. Porque sé que un cuerpo en la distancia es un horizonte. Porque sé lo que cuesta dejar de mirar una espalda y después mirarse al espejo.

Porque lo sé, amigo, porque lo sé, quiero simplemente que sepas que lo sé y que lo siento como mío. Lo siento porque es tuyo.


domingo, 10 de julio de 2011

CONCURSO DE RELATO CORTO EXTRAVAGANZIA



Desde aquí, quiero agradecer a EXTRAVAGANZIA que haya elegido mi relato El gesto más noble de mi vida como uno de los finalistas de su Primer concurso de relato corto (enlace) y que también lo haya seleccionado para formar parte del libro Viñetas y Relatos, de próxima edición. Y cómo no, felicitar a Carlos Lara por haber sido el ganador.

Quiero aprovechar este momento para mostrar mi gratitud a todos los que os asomáis a este Hombre con árboles en los bolsillos, tomándoos la molestia de deteneros unos instantes en sus páginas; ya que sois vosotros los que hacéis, día a día, más frondoso este lugar común.

Gracias a todos.

 

domingo, 3 de julio de 2011

RELATO: EL FARO Y TU LUZ


A Ana, por su luz verde

Faro de Llanes
Una noche, paseando por el muelle de Llanes, me dijo que la luz de todos los faros es diferente para que así los barcos puedan distinguir cada puerto.
Yo tenía 23,  ella 21 y olía a magdalena Martínez. Ya sé que suena proustiano, pero creedme olía tan rico después de untarse esa crema corporal de chocolate y naranja, tras ducharse,  que le hubiera rebañado hasta el alma –con papel y todo-. Llevaba pintadas sus uñas de azul con una manicura francesa que se asemejaban a peces exóticos en un acuario. Los dedos de sus manos eran alargados como el caparazón de una navaja y sus ojos aunque, acostumbrados al llanto, cambiaban de color a cuál más alegre y vivo. Tenía las piernas muy largas y delgadas, por lo que en el frenesí del amor, en ocasiones,  me sentía como un barquero torpe con dos tersos remos en mis manos sin saber dónde se hallaba el cielo y dónde el mar. Quizás ese desconcierto amatorio fuera un síntoma de todo aquello que nos pasó y de todo aquello que nunca me contó.
Pasamos aquellos días de verano casi sin separarnos del mar, como si  el distanciamiento produjese en ella una inquietud extraña que yo no era capaz de descifrar.  Cuando ya empecé a saber cómo remar contra su corriente, ella se fue sin estelas, sin balizas, sin ropa... Una tarde se adentró en el mar y no volvió. Los servicios de emergencia no encontraron su cadáver.
Decía Homero que Ulises mandó que lo ataran al mástil para no escuchar los cantos de sirena y así no perder la vida. Yo sé que ella no era una sirena –aunque me lo pareciera- pero lo que no sé es qué canto le hizo meterse en aquella peligrosa corriente sin decirme nada.
Confieso que perdí parte de mi vida aquel verano y que por una extraña razón cuando veo un faro apagado, me siento aún más solo.