¡Ten fe en
el fracaso! ¡Siempre ten fe en el fracaso!
Nunca
falla…
Cuando
crees que todo viene de cara
y crees que
esa cara es la tuya
por suerte adviene
el fracaso.
Llega puntual,
en su justa medida,
o mejor
dicho con generosidad,
a manos
llenas y con los brazos abiertos.
Nunca temas
que tu alegría
se estanque
en tu vida como agua sucia.
No seas
pájaro de mal agüero,
confía en la
desgracia, en la pañolada
del público
que pide las dos orejas de tu fortuna.
Créeme enemigo
si te digo
que siempre
hay un fracaso en mi casa para ti:
donde fracasa
uno, fracasan dos.
Confía en
mí, te prestaré lo que haga falta:
todos los
fracasos que estén en mi mano,
hasta mi
último fracaso si me lo pidieras,
incluso me
lo quitaría de la boca si te fuese necesario.
Creedme
todos los que me habitáis por fuera.
Los que me rodeáis
a mil leguas.
Los que súbitamente
se detienen en mis ojos por las calles.
Incluso
aquellas que osáis reposar en mi pecho,
no guardéis
distancia de inseguridad,
no merece
la pena…
Estad bien seguros
siempre
de que no
hay peligro de contagio por alegría.