Chico, ese árbol que ves ahí lo traje en este bolsillo...

martes, 30 de agosto de 2011

POESÍA: SOMBRAS



No te escribo…

Lo que lees no está escrito.

No hay nada bajo tus ojos.
Sólo lees las sombras de los barrotes
de tus pestañas.
No hay nada escrito.
Por este territorio  blanco sólo vuela tu mirada.
No soy yo el que finjo.
Si acaso, la blanca inocencia de esta página.

Pero, sí que está escrito…

Sí que está escrito que eres tú,
sólo tú la que empaña
el papel blanco de mi mundo,
con sombras…
Con las sombras de los barrotes
de tu mirada.

viernes, 26 de agosto de 2011

POESÍA: LA MEDIDA DE LA VIDA

A Irene por su paz y su cello


A medida que se vive
se advierte la magnitud de las cosas.
Y aquellas cosas, pequeñas cosas,
son ahora las que te miden.

A medida que se vive,
las distancias se recorren
con  tus propios miedos,
pero ya no hay miedo que nos recorra.

A medida que se vive,
las palabras te toman la palabra,
y se callan porque  saben
que no todas son ya necesarias.

A  medida que se vive,
el último centímetro entre dos cuerpos
es un centímetro.
Pero ciertas caricias y miradas
un perímetro.

A medida que vivo,
siento que me reduzco
a mí mínima dimensión:
la  poética.
De ella  extraigo mi cuerpo, mi vida.
Y siento cada palabra, cada letra,
como el patrón de corte
que contiene todas mis heridas.

Siento que son las palabras las que me sienten
y me sostienen.
Es más,  las únicas que sienten y viven por mí.
Como si la resonancia de una rima
pudiera aclarar mi garganta.
como si mi tos en un día cualquiera,
surgiera al recitar unos versos gélidos.

Como si ese laborioso acto de hacer de mí un hombre cada día,
consistiera en que tú leyeras estos versos.

jueves, 25 de agosto de 2011

POESÍA: ODA AL FRACASO



¡Ten fe en el fracaso! ¡Siempre ten fe en el fracaso!
Nunca falla…
Cuando crees que todo viene de cara
y crees que esa cara es la tuya
por suerte adviene el fracaso.
Llega puntual, en su justa medida,
o mejor dicho con generosidad,
a manos llenas y con los brazos abiertos.

Nunca temas que tu alegría
se estanque en tu vida como agua sucia.
No seas pájaro de mal agüero,
confía en la desgracia, en la pañolada
del público que pide las dos orejas de tu fortuna.

Créeme enemigo si te digo
que siempre hay un fracaso en mi casa para ti:
donde fracasa uno, fracasan dos.
Confía en mí, te prestaré lo que haga falta:
todos los fracasos que estén en mi mano,
hasta mi último fracaso si me lo pidieras,
incluso me lo quitaría de la boca si te fuese necesario.

Creedme todos los que me habitáis por fuera.
Los que me rodeáis a mil leguas.
Los que súbitamente se detienen en mis ojos por las calles.
Incluso aquellas que osáis reposar en mi pecho,
no guardéis distancia de inseguridad,

no merece la pena…

Estad bien seguros siempre
de que no hay peligro de contagio por alegría.


lunes, 22 de agosto de 2011

POESÍA : DE MUNDO TÁCTIL


V

Hay caricias que te despiertan
en la mañana.
Caricias que llaman y llaman…
Caricias inconvenientes como
llamadas equivocadas.
Caricias programadas e inesperadas.
Caricias consonantes y vocálicas
Caricias enredadas y desconectadas.
Caricias con menús y a la carta.
Caricias rápidas y más rápidas.
Caricias desde número oculto.

Hay caricias bloqueadas.
Caricias con su dedo y su uña.
Caricias con interfaz pero sin cara.
Caricias en espera que esperan

ser tocadas.

jueves, 11 de agosto de 2011

POESÍA: EL ORDEN CORRECTO DE LAS COSAS



Un día, una mujer me pidió que la amara.
Y le di fuego.

Un día, una mujer me pidió que la amara.
Y le dije las dos menos cuarto.

Un día, una mujer me pidió que la amara.
Y le abrí la puerta del taxi.

Un día, una mujer me pidió que la amara.
Y le arreglé la persiana.

Ayer una mujer me pidió que la amara,
y yo quería amarla sin saber cómo.

Entonces…

Le di la hora exacta, me metí en su taxi,
bajé su persiana…

y le di fuego.

sábado, 6 de agosto de 2011

ARTÍCULO: WITTGENSTEIN, EL SILENCIO Y ALGO DE BACH



Ludwig Wittgenstein en su Tractatus recoge una de las frases más populares de la historia de la Filosofía: De lo que no se puede hablar es mejor callarse. A veces me callo, guardo un silencio osco y poco depurado –cierto-. No sé si lo hago porque no sé qué decir, o si, por el contrario, sé qué decir pero cierta cordura contiene esas palabras inapropiadas, o simplemente lo hago porque ya me comunico suficientemente  por otros medios.
A veces, siento que en ciertos momentos mis palabras pueden quedar exhaustas como arrojadas a un mundo sin gravedad, flotando sin orden, desprovistas de control y siendo atrapadas al vuelo por alguien que no me entiende. Por eso, guardo su significado para mí mismo, protegiéndome de una traición o de una verdad incómoda y perturbadora. Confieso que una de mis grandes preguntas es por qué debemos hablar siempre, debería haber un periodo de silencio obligatorio que avive el misterio sobre nosotros que ordene lo oculto y que consolide el sosiego interior, como una especie de depuración ¿No se toma zumo de apio para limpiarse los intestinos? La lengua, el habla, que no la comunicación, como también decía el filósofo, marca los límites del mundo de cada uno. Estoy seguro que el mundo que somos tiene otras fronteras que sólo el silencio sabe explorar.  
Llegado a este punto, me callo y que hable el cello.

ARTÍCULO: EN UN MUNDO MEJOR



Hace tres minutos y medio que terminé de ver En un mundo mejor. Os podría decir que es una película danesa que tiene como argumento la vida de un médico en un campo de refugiados en África, que narra la historia de su hijo y su peligrosa relación con un compañero de clase y que, entre otras cosas más, intenta mostrarnos los problemas de pareja de dos personas cualquiera. Pero no sería cierto, al menos no sería fiel a mis impresiones. Y éstas me dicen  que ciertas escenas me situaban cara a cara conmigo mismo, en la duda moral si actuar o no con benevolencia y equilibrio, en saber si la venganza podría ser un recurso conveniente ante actos atroces, en creer si la templanza es útil para resolver entuertos humanos.
En este juego ante el espejo, me puse en  las botas del médico cuando tiene que curar al señor de la guerra que abre los vientres de las embrazadas, o en la piel del niño que ve cómo le sacuden a su padre injustamente, o en la figura de un padre que intenta enseñar a sus hijos que la violencia no es el camino o en esa mujer que no sabe si debe, aunque quiera, perdonar una infidelidad y algunas otras disyuntivas que no os cuento.    
¿Qué haría? ¿Cómo puede soportar que le hagan eso delante de su propio hijo? ¿En qué lugar debo mantenerme para preservar el bien? ¿Es esto lo que se espera de mí? ¿Tendré suficiente fortaleza? Esta película sitúa a los personajes en situaciones límite y al espectador lo arrastra a una suerte  de epojé, de suspensión del juicio hasta decidir de qué lado nos caemos, del que parece el bien o del que parece el mal, del que salva al mundo o del que sólo me salva a mí. Yo lo tengo claro…
Ha sido un placer ponerme delante de mí mismo, pensarme a través de sus acciones, elegir con ellos un mundo que puede ser mejor…siempre un poco mejor con estas obras de arte.