Tango y sombras |
Hace más de 10 años que los conocí -de
todo hace ya más de 10 años-. Fueron emigrantes españoles en Argentina. Por los
años 50 decidieron saltar el charco, primero él, y después ella, desde una
aldea de la Asturias
profunda, con la misma miseria para ambos. En Buenos Aires, Perfecto puso un
restaurante a medias con otros gallegos y
Pilar cosía en casa. Peso a peso ganaron fortuna, pero sin suerte alguna
en la vida. Pasando el tiempo, quisieron tener un hijo que se les murió por una
desgraciada enfermedad, dejaron pasar algo más de tiempo y decidieron tener
otro que se les murió por un accidente desgraciado. Regresaron a Gijón a
principios de los 90, pero la gente ya no era la misma: La
gente está más deshumanizada, no es como antes, no es como antes… -me decía ella cuando
les iba a visitar de tarde en tarde-. Pilar lloraba con los tangos que les grababa
y Perfecto me contaba siempre el mismo chiste del que sólo me rei una sola vez. Duró poco sano tras su retorno, una
trombosis en el lado izquierdo lo postró en cama, ella lo cuidaba sin apenas
salir de casa. Yo, a veces, le hacía el relevo para que pudiera respirar
un rato mientras que a Perfecto le leía versos de Rosalía de Castro: Adios, ríos; adios, fontes; adios, regatos pequenos; adios,
vista dos meus ollos: non sei cando
nos veremos… Un día, aprovechando un verso de Rosalía, Perfecto decidió irse
y prácticamente se murió en mis brazos; la cafenitrina aplazó unos días otra desgracia, pero sólo
dos días. A Pilar seguí visitándola, pero más espaciadamente, hasta que nos
perdimos el paso.
Recuerdo aquellas tardes como de las
mejores lecciones de la universidad de la vida que he recibido nunca. Sin duda, no hay
nada como beberse junto con la persona que amas un tango de 50 años para saber
lo que es la vida.
Tango, uno de los bailes latinos más complicados q conozco que precisa de una conexion casi total con tu pareja (de baile)...
ResponderEliminarhttp://youtu.be/e7xTPVihFFk
E.