Hace tres minutos y medio que terminé de
ver En un mundo mejor. Os podría
decir que es una película danesa que tiene como argumento la vida de un médico
en un campo de refugiados en África, que narra la historia de su hijo y su peligrosa
relación con un compañero de clase y que, entre otras cosas más, intenta
mostrarnos los problemas de pareja de dos personas cualquiera. Pero no sería
cierto, al menos no sería fiel a mis impresiones. Y éstas me dicen que ciertas escenas me situaban cara a cara
conmigo mismo, en la duda moral si actuar o no con benevolencia y equilibrio,
en saber si la venganza podría ser un recurso conveniente ante actos atroces,
en creer si la templanza es útil para resolver entuertos humanos.
En este juego ante el espejo, me puse en las botas del médico cuando tiene que curar al
señor de la guerra que abre los vientres de las embrazadas, o en la piel del
niño que ve cómo le sacuden a su padre injustamente, o en la figura de un padre
que intenta enseñar a sus hijos que la violencia no es el camino o en esa mujer
que no sabe si debe, aunque quiera, perdonar una infidelidad y algunas otras
disyuntivas que no os cuento.
¿Qué haría? ¿Cómo puede soportar que le
hagan eso delante de su propio hijo? ¿En qué lugar debo mantenerme para preservar
el bien? ¿Es esto lo que se espera de mí? ¿Tendré suficiente fortaleza? Esta película
sitúa a los personajes en situaciones límite y al espectador lo arrastra a una
suerte de epojé, de suspensión del juicio hasta decidir de qué lado nos
caemos, del que parece el bien o del que parece el mal, del que salva al mundo
o del que sólo me salva a mí. Yo lo tengo claro…
Ha sido un placer ponerme delante de mí
mismo, pensarme a través de sus acciones, elegir con ellos un mundo que puede
ser mejor…siempre un poco mejor con estas obras de arte.
bueno yo me la perdí y me dio rabia pero ahora pienso que la veré cuando tenga que ser...quizas en breve..gracias por los comentarios
ResponderEliminarPues te la recomiendo vívamente! Gracias a ti
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