Aquí me tienes, un hombre basado en hechos reales.
Sin efectos especiales, sin fondos de amor piedra.
Un hombre tomado a la primera toma
sin ensayos, ni dobles, ni parejas.
Un hombre que se parpadea a la milésima
y que sus pasos son la cuerda floja.
Un hombre que se siente al milímetro
y que va consigo a todas horas.
El mismo hombre en cada diálogo.
En cada palabra interrogada.
En cada frase de reproche.
El mismo que dice y calla.
Un hombre para todos los públicos.
Un hombre matutino.
Un hombre de sesión de tarde,
y de estreno fallido.
Un hombre de a olvido cada ocho horas
por melancolizado y recordadizo.
Un hombre sin renombre,
sin nombres ni apellidos.
Un hombre de pocas escenas,
de muchas pausas y sin ritmo.
Un hombre sin estrella,
sin banderas ni himnos.
En fin, un hombre sin papel.
Secundario y sin protagonismo.
Un hombre deshecho de realidades
y hecho de la realidad de sí mismo.
Dijo el poeta...
ResponderEliminarProfundo, sincero, secundario pero en el primer puesto.
ResponderEliminarAna