Al lector
Si estos versos hirieran
lo que me hieren cuando los
escribo,
te rayarían los ojos,
al pasar tu mirada por su
filo.
Si estos versos supieran
lo que yo sé de ellos,
se arrojarían desde el verso
más alto
para que nadie pudiera
leerlos.
Debo ocultar su procedencia,
y uso tus cándidas ojeadas,
de recién llegado a los
versos,
para espantar todo lo que les
amenaza.
Mientras ellos te miran
y se ven reflejados en tus
pupilas,
tú los distraes en otra cosa
que no son ellos mismos y mi
vida.
Si tú supieras lector lo
cómplice que resultas.
Si tú supieras que estás
metido hasta el verso
en estas estrofas que salvas
con tu lectura.
Si por un solo momento
supieras
que hay multitud de pruebas
que te inculpan
de que no hay mayor consuelo
para mí,
que escribir sin temor a que
mis versos huyan.
Dias sin leerte...dias sin escribir...dias sin tiempo para comentarios..hoy leo de nuevo, complice siempre...me he dejado mirar x ellos, los versos...los salvo con mi lectura..y si de algo soy culpable es solo de esperarlos cada dia...y cada noche...sigue hablando a traves de ellos...aqui en el Sur los arropamos, los anhelamos y los esperamos....
ResponderEliminarVan cayendo como lluvia fina, o a veces torrencialmente, sobre un poemario (Trámite de audiencia). Y para evitar que ese dique blanco del libro se descomponga voy filtrando poemas en estas hojas negras de blog, por si a alguien le sirven para mezclar con wihsky,hacer abluciones en zonas estratégicas o regar esas pobres plantas -sobre todo en el sur-.
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