Chico, ese árbol que ves ahí lo traje en este bolsillo...

miércoles, 21 de diciembre de 2011

HISTORIAS DE SU EMINENCIA: LA PUTA Y ¿EL CHAPERO?

Mi parada habitual de bus comparte espacio con el lugar de trabajo preferido de numerosas meretrices de la zona, que ejercen un necesario y poco reconocido oficio que es el de dar placer al sediento (de placer) y placer al hambriento (de placer), vamos a todos los que buscan placer, que no son pocos, sino no sería el oficio más viejo del mundo. Pues el caso es que, por lo visto, mi pose, en la mencionada parada, se asemeja a la pose de las mecionadas meretrices, lo que supone que los automovilistas inocentemente (ellos no quieren) caen en el error de suponer que mi pose y la pose de las mencionadas damas tiene idéntico significado y sentido, es decir: "personas que dan placer por dinero".Es cierto que todos nos podemos equivocar, claro está, pero en mi caso tengo un poste bien grande con el nº38 que alude al número del bus no al precio por servicio. Aún viéndolo, más de uno de esos despistados automovilistas han pensado que era eso último. La cuestión está en determinar qué pose debo tener para no llevar a la confusión a esos simpáticos automovilistas. Un dia de estos decidí llevar un libro y ponerme a leer, con la intención de que el libro disipara las dudas sobre mis intenciones, pero parece que no sirvió de mucho, me seguían mirando de igual forma, como pensando Anda, un chapero intelectual o Mira, Mari Cruz un maricón aburrido o Anda, mira un chapero, leyendo un libro y esperando el bus. Viendo que la actitud visual no se había modificado y las personas humanas veían sólo lo que querían ver, decidí mirar de forma reiterada el panel con los horarios de los autobuses, a la vez que consultaba la hora en mi reloj como dando a entender que esperaba el susodicho colectivo. Cierto es que causó algún efecto, sobre todo porque no me daba tiempo a mirar las caras de los viajeros y no sabía qué gesto ponían al verme. Cansado ya de inventarme poses, de aparentar algo que era y que los demás no querían ver, que no es otra cosa que un "esperador de bus", miré fijamente a una de mis compañeras de zona y, mientras se retocaba, me dijo: ¿tarda el bus, no?
 
Por fin alguien sabía qué hacía yo allí.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario