Hipoteca de sangre
A mi generación
Acuciados por las facturas,
hipotecamos la luz de las mañanas,
iluminándonos con luz otoñal de bajo consumo
-por si los ecologistas.
No conformes los acreedores,
avalamos con el ángel de la guarda de nuestros padres
-por aquello del sueldo fijo.
Aún así, sabemos que no todos saldaremos las deudas,
por eso vamos renunciando a ser:
hijos,
padres,
espíritus,
santos.
oh yesssss
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