No podía faltar, en este rincón, un modesto homenaje al gran Berlanga, fallecido recientemente. Sus películas rezuman sátira, íronía, sarcasmo..todo lo que la inteligencia de este gran director nos brindó en todas sus obras. Quizás para muchos de nosotros queda lejana esa España de señoritos y aristócratas rancios, pero es imposible olvidar ese agudo sentido crítico de una realidad que a veces se nos presenta absurda y esperpéntica pero por tan cercana no lo percibimos. Berlanga, a modo de Valle Inclán, supo graduar nuestro objetivo para que pudíesemos ver hasta qué punto la realidad es tan deforme como se intuye. Para eso hace falta, como digo, mucha inteligencia y junto con Azcona y Barden, Berlanga andaba sobrado.
Os dejo una escena de la Escopeta Nacional con la que me rio a carcajadas, sobre todo con Agustín González, el cura, fijaos cómo se va calentando. ¡¡¡Que disfrutéis!!!
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